Gombrowicz – Sábato. Ernesto Sábato (1911-2011), un famoso escritor agentino, demostró su afiliación literaria y su admiración intelectual al escritor polaco por varias razones. La más significativa de ellas fue el predicamento de las culturas representadas por los dos escritores. Así, en su prefacio para Ferdydurke, que se publicó en la edición porteña Argos en 1947, afirmó, que los argentinos y los polacos, culturalmente, tienen un rasgo común. Es decir, la combinación del complejo de ser insignificante y secundario por un lado, y, por otro lado, la arrogancia de Europa – ambos aspectos discutidos profundamente por Gombrowicz en sus libros. Los argentinos y los polacos, continuó, tienen la misma actitud ante las grandes tradiciones culturales, como las de Francia, América, Alemania e Inglaterra: los representantes de las culturas secundarias tienen muchas grandes ambiciones y pocas posibilidades para realizarlas; las ambiciones son excesivas y la frustración es el probable efecto de las irresponsables intenciones.
En su prefacio, Sábato corroboró lo que Gombrowicz pensaba sobre la situación cultural de Argentina – también las otras culturas provinciales, incluyendo la de Polonia – de modo parecido. Como en Polonia, “en la Argentina la gente se atreva a considerar genial a un escritor que no venga patentado desde París (p. 8)”. Detectó los elementos del existencialismo filosófico en Gombrowicz, pero no redujó su escritura al esa forma de pensamiento y, generalmente, dice, no es posible describir o discutir sobre eso en las categorías simples y definitivas porque Gombrowicz usa ficción y poesía que son “manifestaciones del espíritu que no pueden ser reducidas a los términos del pensamiento puro (p. 9)”. De esta manera, él escribió acerca de la ‘filosofía literaria’, la que también el propio Sábato mostró en algunos de sus libros.
Sábado notó también un aspecto del pensamiento de Gombrowicz que es “particularmente útil para nosotros los argentinos” (p. 11); encontró una idea que dice que “No hay casualidades en el reino del espíritu” (ibíd.). Según eso, estamos colocados en un lugar socio-político y “equipados” en las disposiciones naturales y biológicas. No tenemos muchas posibilidades para cambiarlo, pero, dentro de estas estructuras socio-políticas y de estas predisposiciones, tenemos posibilidades y capacidades para construir y re-construir la perspectiva cognitiva y las maneras de percibir el mundo exterior. Eso significa, entre otras cosas, que “el hombre es libre para construir su destino” (ibíd.) y no podemos – los miembros de las culturas secundarias o la gente que se describe como víctimas o culturalmente discriminados – decir que somos impotentes y estamos paralizados para realizar nuestras visiones sociales, culturales y políticas. Este tipo de sabiduría es la que Sábado quiere evocar y esa es la razón por la que interpreta la estancia del autor polaco en Argentina con las categorías de milagro y regalo para los que quieren un estímulo cultural.
En su prefacio para el libro de Gombrowicz, Sábado lo caracterizó, y, al mismo tiempo y que es más significante, nos dió sus impresiones sobre el pensamiento del autor en el contexto de la situación cultural argentina; el libro, “en que delirantemente estaban en juego los más graves dilemas de la existencia del hombre” (p. 8), se afilió con el existencialismo filosófico y eso fue algo común para ambos. Por otro lado, Gombrowicz escribió un prefacio para el libro de Sábato (Sobre héroes y tumbas). El prefacio, muy breve, es un poco lacónico – no tuvo ningún tipo de descripción o caracterización del libro ni del autor, sino que nos presentó unas palabras fuertes o vivas sobre la eminencia del texto y la excelencia del autor en general. Gombrowicz escribió por ejemplo, que durante su larga estancia en Argentina nunca había leído un libro que le introdujera en los misterios de la sensibilidad hispanoamericana de manera tan profunda. Esta sensibilidad incluye los mitos, las fobias y las fascinaciones a las que se refieren los hispanoamericanos – gracias a aquellos misterios tenemos una visión panorámica de la realidad social de Argentina en su complejidad.
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